El Pueblo de Dios estuvo esclavizado en Egipto.
Los israelitas descendientes de Abrahám, Isaac y Jacob habían crecido mucho en número y ya casi no se acordaban de que Dios había prometido a los Patriarcas la Tierra Prometida.
Dios envió a Moisés para que salvara a su Pueblo del poder del Faraón. Para llegar a la Tierra Prometida tuvieron que pasar dos grandes obstáculos naturales:
1. El Mar Rojo
Y Moisés -después de varias aventuras que ahora no son del caso- se los llevó al desierto y cruzaron el Mar Rojo. Así se cuenta en el Libro del Éxodo. Te transcribo estas líneas para que tú te las leas y luego le cuentes a los niños con tus palabras cómo sucedió ese hecho maravilloso en el que Dios salvó a su pueblo del poder de los egipcios.
1. Habló Yahveh a Moisés, diciendo: 2. «Di a los israelitas que se vuelvan y acampen frente a Pi Hajirot, entre Migdol y el mar, enfrente de Baal Sefón. Frente a ese lugar acamparéis, junto al mar.
3. Faraón dirá de los israelitas: "Andan errantes en el país, y el desierto les cierra el paso."
4. Yo endureceré el corazón de Faraón, y os perseguirá; pero yo manifestaré mi gloria a costa de Faraón y de todo su ejército, y sabrán los egipcios que yo soy Yahveh.» Así lo hicieron.
5. Cuando anunciaron al rey de Egipto que había huido el pueblo, se mudó el corazón de Faraón y de sus servidores respecto del pueblo, y dijeron: «¿Qué es lo que hemos hecho dejando que Israel salga de nuestro servicio?»
6. Faraón hizo enganchar su carro y llevó consigo sus tropas.
7. Tomó seiscientos carros escogidos y todos los carros de Egipto, montados por sus combatientes.
8. Endureció Yahveh el corazón de Faraón rey de Egipto, el cual persiguió a los israelitas, pero los israelitas salieron con la mano alzada.
9. Los egipcios los persiguieron: todos los caballos, los carros de Faraón, con la gente de los carros y su ejército; y les dieron alcance mientras acampaban junto al mar, cerca de Pi Hajirot, frente a Baal Sefón.
10. Al acercarse Faraón, los israelitas alzaron sus ojos, y viendo que los egipcios marchaban tras ellos, temieron mucho los israelitas y clamaron a Yahveh.
11. Y dijeron a Moisés: «¿Acaso no había sepulturas en Egipto para que nos hayas traído a morir en el desierto? ¿Qué has hecho con nosotros sacándonos de Egipto?
12. ¿No te dijimos claramente en Egipto: Déjanos en paz, queremos servir a los egipcios? Porque mejor nos es servir a los egipcios que morir en el desierto.»
13. Contestó Moisés al pueblo: «No temáis; estad firmes, y veréis la salvación que Yahveh os otorgará en este día, pues los egipcios que ahora veis, no los volveréis a ver nunca jamás.
14. Yahveh peleará por vosotros, que vosotros no tendréis que preocuparos.»
15. Dijo Yahveh a Moisés: «¿Por qué sigues clamando a mí? Di a los israelitas que se pongan en marcha.
16. Y tú, alza tu cayado, extiende tu mano sobre el mar y divídelo, para que los israelitas entren en medio del mar a pie enjuto.
17. Que yo voy a endurecer el corazón de los egipcios para que los persigan, y me cubriré de gloria a costa de Faraón y de todo su ejército, de sus carros y de los guerreros de los carros.
18. Sabrán los egipcios que yo soy Yahveh, cuando me haya cubierto de gloria a costa de Faraón, de sus carros y de sus jinetes.
19. Se puso en marcha el Angel de Yahveh que iba al frente del ejército de Israel, y pasó a retaguardia. También la columna de nube de delante se desplazó de allí y se colocó detrás,
20. poniéndose entre el campamento de los egipcios y el campamento de los israelitas. La nube era tenebrosa y transcurrió la noche sin que pudieran trabar contacto unos con otros en toda la noche.
21. Moisés extendió su mano sobre el mar, y Yahveh hizo soplar durante toda la noche un fuerte viento del Este que secó el mar, y se dividieron las aguas.
22. Los israelitas entraron en medio del mar a pie enjuto, mientras que las aguas formaban muralla a derecha e izquierda.
23. Los egipcios se lanzaron en su persecución, entrando tras ellos, en medio del mar, todos los caballos de Faraón, y los carros con sus guerreros.
24. Llegada la vigilia matutina, miró Yahveh desde la columna de fuego y humo hacia el ejército de los egipcios, y sembró la confusión en el ejército egipcio.
25. Trastornó la ruedas de sus carros, que no podían avanzar sino con gran dificultad. Y exclamaron los egipcios: «Huyamos ante Israel, porque Yahveh pelea por ellos contra los egipcios.»
26. Yahveh dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre el mar, y las aguas volverán sobre los egipcios, sobre sus carros y sobre los guerreros de los carros.»
27. Extendió Moisés su mano sobre el mar, y al rayar el alba volvió el mar a su lecho; de modo que los egipcios, al querer huir, se vieron frente a las aguas. Así precipitó Yahveh a los egipcios en medio del mar,
28. pues al retroceder las aguas cubrieron los carros y a su gente, a todo el ejército de Faraón, que había entrado en el mar para perseguirlos; no escapó ni uno siquiera.
29. Mas los israelitas pasaron a pie enjuto por en medio del mar, mientras las aguas hacían muralla a derecha e izquierda.
30. Aquel día salvó Yahveh a Israel del poder de los egipcios; e Israel vio a los egipcios muertos a orillas del mar.
31. Y viendo Israel la mano fuerte que Yahveh había desplegado contra los egipcios, temió el pueblo a Yahveh, y creyeron en Yahveh y en Moisés, su siervo.
2. El río Jordán, que separaba el desierto de las fértiles tierras del otro lado. Allí vivían pueblos mucho más organizados y fuertes que los israelitas.
Cuéntales el paso del Jordán después de haber leído el capítulo 6 del libro de Josué:
1. Una vez que pasó toda la nación, Yavé dijo a Josué:
2. «Escoge doce hombres, uno por cada tribu, y dales la orden siguiente:
3. Saquen doce piedras del lecho del Jordán, del mismo lugar donde estuvieron parados los sacerdotes. Llévenselas y colóquenlas en el lugar donde acamparán esta noche.»
4. Josué entonces hizo llamar a los doce hombres que había escogido de las doce tribus de Israel y les ordenó:
5. «Caminen delante del Arca hasta el medio del Jordán y traigan de allí al hombro una piedra por cada tribu.
6. Ellas permanecerán entre ustedes como una señal de esta hazaña, pues cuando sus hijos les pregunten en el futuro qué significan para ustedes estas piedras, ustedes podrán responder:
7. Cuando el Arca de Yavé iba atravesando el Jordán, las aguas se dividieron ante ella. Así estas piedras servirán de memorial a los israelitas para siempre.»
8. Los israelitas cumplieron la orden de Josué y retiraron del lecho del Jordán doce piedras, tal como Yavé le había ordenado a Josué, una por cada tribu. Se las llevaron hacia el lugar donde acamparon y allí las depositaron.
9. Josué amontonó doce piedras en el lecho del Jordán, en el lugar donde permanecieron de pie los sacerdotes portadores del Arca de la Alianza. Allí quedaron hasta el día de hoy.
10. Los sacerdotes que llevaban el Arca se detuvieron en medio del Jordán hasta que Josué terminó de decir todo cuanto Yavé le había ordenado.
11. Luego que todo el pueblo acabó de cruzar el río, el Arca también pasó, y los sacerdotes volvieron a ponerse a la cabeza.
12. Adelante iban armados los hombres de las tribus de Rubén, de Gad y la media tribu de Manasés, según lo había ordenado Moisés.
13. Eran unos cuarenta mil hombres, bien armados, y marchaban delante de Yavé para combatir, dirigiéndose a las llanuras de Jericó.
14. Aquel día Yavé hizo a Josué famoso delante de todo Israel y, en adelante, durante toda su vida, lo respetaron como habían respetado a Moisés.
15. Yavé dijo a Josué:
16. «Ordena a los sacerdotes que llevan el Arca de las Palabras divinas, que salgan del Jordán.»
17. Así, pues, Josué les mandó que salieran del río.
18. Y en cuanto estos sacerdotes que llevaban el Arca de la Alianza de Yavé salieron del cauce del Jordán, en cuanto sus pies tocaron la orilla, las aguas del río Jordán volvieron tan abundantes como los días anteriores y desbordaron su cauce.
19. Fue el décimo día del mes primero cuando el pueblo subió del Jordán, y fijaron su campamento en Guilgal, a la extremidad este de Jericó.
20. Allí, en Guilgal, Josué colocó las doce piedras que habían tomado en el cauce del Jordán, cuando lo atravesaron.
21. Entonces Josué dijo a los israelitas: «Cuando en el futuro sus hijos les pregunten qué significan esas piedras,
22. ustedes les explicarán que el pueblo de Israel cruzó el Jordán sin mojarse los pies,
23. pues Yavé, nuestro Dios, secó las aguas del Jordán delante de nosotros, lo mismo que hizo en el mar Rojo, que dejó seco ante nosotros cuando tuvimos que atravesarlo.
24. Esto ha sucedido para que los pueblos de este país conozcan el poder de Yavé, nuestro Dios, y para que ustedes mismos lo teman siempre.»
Ahora intenta mostrarles el sentido cristiano de estos hechos de la Historia de la Salvación.
En ambos casos:
Jesús fue bautizado en el Jordán |
- Interviene Dios, que salva y no se salvan ellos por sus propias fuerzas.
- La salvación se realiza por medio del agua. El agua es símbolo de muerte (los egipcios murieron ahogados allí) y de separación (la Tierra prometida estaba al otro lado). El bautismo es el agua en el que los cristianos renacemos a una nueva vida de hijos de Dios. La muerte ya no tiene poder sobre nosotros. El bautismo nos abre las puertas del cielo.
- Moisés y Josué son figuras de Jesucristo: así como ellos fueron delante del pueblo cruzando el Mar Rojo y el Jordán, respectivamente, así quien cruza con nosotros la muerte y la vence es Jesucristo.
Por esta razón:
- A la entrada de las iglesias, muy cerca de las puertas, encontraréis una pila del agua bendita: así nos acordaremos de que un día fuimos bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
- En algunas iglesias hay una pila bautismal: al verla nos acordamos de que allí nos convertimos un día en hijos de Dios.
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