miércoles, 17 de noviembre de 2010

Llamados a colaborar en la Iglesia. Sesión 27 de "Jesús es el Señor"

En la ordenación, se invoca a los Santos para que le ayuden
Toda persona es un regalo que Dios hace a la Humanidad. Dios quiere a cada persona por lo que es, un ser capaz de amar. Jesucristo ha muerto para que todos los hombres y todas las mujeres puedan llegar a ser hijos de Dios. Cada persona vale toda la sangre de Cristo, porque por cada uno ha muerto Jesús.

Con el Bautismo, las personas se hacen hijos de Dios y cada fiel es un regalo para la Iglesia. Cada persona bautizada se llama fiel, porque ha recibido la fe y está llamada a seguir fielmente a Cristo. Cada persona bautizada -es decir, cada fiel-  tiene una vocación en la Iglesia, es decir, Dios quiere confiarle una misión en el mundo. ¿Cuál es esa misión? Es imposible decirlo, porque cada fiel tiene su propia vocación, su propia misión. Podría decirse que hay tantas vocaciones como personas. Cada uno tiene la suya. Todas son importantes porque Dios llama a todos a la perfección cristiana.

Ya vimos en la anterior sesión que Jesús se hace presente principalmente en los Sacramentos y de modo muy especial en la Eucaristía.

¿Sabes quiénes son?
Hay dos sacramentos muy importantes desde el punto de vista de la vocación cristiana. Son los sacramentos instituidos por Jesús para servir a los demás, es decir, para vivir una entrega a la Iglesia. Se trata


  1. del sacramento del Orden sagrado, por el que algunos fieles viven el sacerdocio de Cristo, es decir, dedican su vida entera para dar a la Iglesia los sacramentos y, en especial, la Eucaristía y la Confesión. Los sacerdotes católicos no se casan, para poder servir con todas sus fuerzas y con todo su corazón a los demás hombres. 
  2. del sacramento del Matrimonio, que es un gran Sacramento del que nacen las familias. El hombre y la mujer se entregan recíprocamente el uno al otro para constituir una familia, para ayudarse recíprocamente y a los hijos que Dios les confíe a ser santos e ir al cielo. Con el Sacramento Dios les ayuda a ser santos en el cumplimiento de los deberes de esposos y padres. 
Además de estos dos sacramentos existen en la Iglesia LOS CARISMAS. ¿Qué es un carisma? Un carisma es un don o regalo especial que Dios da a una persona, pero se lo da no para él mismo, es decir, no para que se lo quede egoístamente. El carisma es un regalo de Dios para que el que lo reciba lo ponga al servicio de los demás. Todos tenemos carismas: unos son inteligentes, otros buenos jugadores de fútbol, otros generosos, otros muy divertidos que alegran la vida a los demás, otros saben escuchar y son muy buenos amigos. 

¿Qué tienes que no hayas recibido? Y si lo has recibido, sin merecerlo y gratuitamente, ¿cómo es que no se lo agradeces a Dios? Hay que aprender a dar gracias a Dios todos los días por los dones que hemos recibido. La mejor manera de dar gracias es participar bien y atentamente en la celebración de la Eucaristía. (Eucaristía significa acción de gracias).

En la Iglesia hay carismas muy importantes:

Unos han recibido el don de enseñar a los demás el camino al cielo: son los Pastores y Doctores de los que nos acordamos en la Misa cuando fueron santos. 

Otros dedican su vida a cuidar a los enfermos.

Otros dedican su vida a los enseñar y educar a los niños. 

Otros se ocupan de los ancianos.

Otros van a predicar el Evangelio a los países que no conocen a Cristo: se les llama misioneros. 

FÓRMULAS DE LA FE

43. ¿Por qué decimos que la Iglesia es nuestra Madre?

Decimos que la Igleisa es nuestra Madre porque ella nos hace hijos de Dios por el Bautismo, nos alimenta con el Pan de la Palabra y de la Eucaristía y nos ayuda a crecer en la vida cristiana.

44. ¿Cuál es la misión de la Iglesia?

La misión de la Iglesia es continuar la obra de Jesús en el mundo hasta el final de los tiempos?


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