La síntesis final de esta primera semana de noviembre es tan sencilla como importante:
TODO LO QUE DIOS HA QUERIDO DECIRNOS, NOS LO HA DICHO EN JESUCRISTO
Los días 1 y 2 de noviembre se celebran, respectivamente, la solemnidad de todos los Santos y la memoria de los difuntos. Es una buena ocasión para hablarles a los hijos de las postrimerías, es decir, de las verdades últimas: la muerte, el juicio, el purgatorio, el infierno y el Cielo.
También podéis explicar la costumbre de rezar por los difuntos, especialmente por los de la propia familia. La oración y el sacrificio de los vivos puede ser de ayuda para la purificación de los difuntos que todavía no han alcanzado la gloria del Cielo y están en ese estado de purificación que se conoce como Purgatorio.
Existe también la tradición de que las almas del Purgatorio pueden merecer para nosotros, es decir, pueden ser intercesoras ante Dios de nuestras necesidades y peticiones. San Josemaría las llamaba "MIS BUENAS AMIGAS LAS ALMAS DEL PURGATORIO": no sólo rezaba por ellas, sino que además estaba convencido de que a él le hacían muchos favores de todo tipo.
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