martes, 25 de enero de 2011

Sesión 32: Aprendemos a amar en familia

Trinidad del Cielo
Dios es familia. Dios es Amor. Ya hemos visto que el amor y la familia están muy unidos. Tres Personas distintas son un solo Dios verdadero. Es el Amor el que hace que los Tres sean Uno, la Familia divina.

Dios ha querido hacerse hombre naciendo en una Familia. Jesús, María y José son la Sagrada Familia. Son una familia humana. Dios ha querido dejarnos esta familia suya como modelo de todas las familias. Jesús aprendió a rezar, a trabajar, a jugar y a amar en su casa de Nazaret. José y María no le enseñaron sólo a ser un buen hombre, sino que le recordaron siempre que Él es el Hijo de Dios, el Mesías, el Salvador.

La Sagrada Familia es la Trinidad de la Tierra que nos recuerda siempre que nuestra Casa, para la que hemos sido creados, es la Trinidad del Cielo.

Trinidad de la Tierra
Pero la Sagrada Familia también nos recuerda que todas las familias son el lugar -el hogar- en el que aprendemos a amar, es decir, nos entrenamos a vivir como hijos de Dios.

Pero para eso es necesario que las familias respeten la Ley de Dios, es decir, que vivan según dispuso Dios Creador al principio de la Creación.

No cualquier unión de personas es una familia. En el libro del Génesis, Dios dio el poder de hacer la familia a la primera pareja humana, Adán y Eva. Les bendijo diciendo:

"Sed fecundos y multiplicaos, y henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en las aves de los cielos y en todo animal que serpea sobre la tierra"» (Gn 1, 28).

Esto significa que la familia está construida sobre el matrimonio. El matrimonio es la unión del hombre y de la mujer que se entregan el uno al otro en alianza para constituir la familia.

Aunque haya gente que quiera admitir otros tipos de matrimonio, tú no les hagas caso. Tampoco hagas caso aunque lo diga la ley. En España, por ejemplo, se han permitido las uniones de dos hombres entre sí o de dos mujeres. Los llaman matrimonios homosexuales. Dios no bendice esas uniones y por tanto no son familia. Los niños tienen derecho a nacer en una familia en la que haya un papá y una mamá. No es posible tener dos papás como tampoco dos mamás.

La Segunda Tabla de la Ley de Dios comienza con el Cuarto Mandamiento: "honrarás a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus días sobre la Tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar" (Ex 20, 12). Los papás son los primeros representantes de Dios Padre y por eso sus hijos les deben respeto y obediencia. Este precepto obliga también a que los esposos y los hermanos se honren entre sí. A las personas que más debemos amar es a los que viven en nuestra familia. Si amamos a nuestros hermanos, a los abuelos, a los primos, a los tíos, etc. aprenderemos también a amar a los demás hombres, como nos ha enseñado Jesús: todos los hombres somos hermanos, porque todos somos hijos de Dios.
La familia cristiana es Iglesia doméstica

Cuando los esposos son bautizados, su matrimonio es uno de los  Sacramentos de la Nueva Alianza y la familia que ellos hacen es una Iglesia doméstica, es decir, su casa es sagrada y Dios está con ellos. En esta Iglesia doméstica los niños reciben los Sacramentos de la Iniciación cristiana: el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía; aprenden a rezar y se les anuncia la Palabra de Dios de labios de sus padres, que son los primeros educadores y los primeros catequistas.


Fórmulas de la Fe


54. ¿Cuáles son los Sacramentos que nos inician en la vida cristiana?


Los Sacramentos que nos inician en la vida cristiana son: Bautismo, Confirmación y Eucaristía.


55. ¿Qué hace en nosotros el Sacramento del Bautismo?


El Sacramento del Bautismo nos hace hijos de Dios a imagen de Jesús y miembros de la Iglesia. Por el Bautismo somos lavados del pecado original, morimos a todo pecado y nacemos a una Vida nueva.


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