martes, 18 de enero de 2011

Sesión 31: Amamos a Dios sobre todas las cosas

La relación de Dios con los hombres ha sido siempre muy difícil. Los hombres somos egoístas y pecadores y no estamos dispuestos a reconocer ni respetar la libertad de Dios.

Dios es nuestro Creador. Nosotros somos sus criaturas.

Idolatría
Él podría someternos y obligarnos a que dobláramos nuestras rodillas y le adoráramos. Eso es lo que hacían algunos emperadores: se hacían pasar por dioses y exigían a sus súbditos una adoración que sólo es debido a Dios. Dios no quiere de ninguna manera que le adoremos como hacen los esclavos con sus señores de la tierra.

Dios es nuestro Padre y nos ha creado para que seamos sus hijos. Sin embargo, los hombres no queremos ser hijos de Dios. Desde que Adán y Eva pecaron, la Humanidad huye del Dios verdadero y se busca otros dioses, en los que depositar su confianza y sus esperanzas.

Dios entregó a Moisés las Tablas de la Ley que contenían los diez Mandamientos. En la primera Tabla estaban los tres primeros Mandamientos de la Ley de Dios. Estos tres preceptos son los más importantes porque nos dicen cómo debemos tratar a Dios:

1º) Amarás a Dios sobre todas las cosas, con todas tus fuerzas.
2º) No dirás el nombre de Dios en vano.
3º) Santificarás las fiestas.

¿Por qué nos exige Dios que le amemos sobre todas las cosas? ¿Se puede exigir el amor?

Dios nos exige que le amemos sobre todas las cosas, porque Él nos ha amado primero. No sólo nos ha creado de la nada, además nos ha dado el mundo para que lo cuidemos y disfrutemos de él, nos creó para el cielo en una vida de felicidad eterna, nos envió a su Hijo.

¿Pueden tus padres exigirles que les quieras? Pues claro que sí. Ellos te han traído al mundo, te han dado todas las cosas que tienes, te quieren siempre aunque te portes mal con ellos.

Pues Dios es tu Padre del Cielo y te quiere mucho más que lo que todas las madres del mundo quieren a sus hijos. Tiene derecho a pedirte que le ames y lo hace por favor. No quiere obligarte. Jesús desde la Cruz nos anima a que queramos a Dios y a que tengamos confianza en Él.

El amor a Dios sobre todas las cosas se puede decir en una palabra: ADORACIÓN. Es el amor máximo y supremo.

¿Cuáles son los gestos de la adoración? Hay muchos:

El respeto y el silencio en los lugares sagrados. La genuflexión a la Eucaristía. La reverencia a los objetos sagrados. Los besos que damos a las imágenes de Jesús cuando en Navidad el sacerdote nos lo presenta para que le adoremos de esa manera. Ponernos de rodillas para recibir la absolución del sacerdote.

El día sel Señor es el Domingo. En ese día los cristianos celebramos la Resurrección de Cristo. Por esta razón, la Iglesia ha establecido el mandamiento de oír misa entera todos los domingos y fiestas de guardar. Es muy importante que manifestemos nuestro amor a Dios celebrando las fiestas en las que Él nos ha demostrado su gran amor.

Lo que la Iglesia quiere no es que la obedezcamos a ella cumpliendo el precepto dominical. Lo que quiere es que adoremos a Dios sobre todas las cosas y que celebremos con amor agradecido nuestra Salvación. Vamos a Misa para cargar la "batería" de nuestro corazón y llenarnos del Amor de Dios. Por eso el domingo es un día en que los cristianos no sólo no trabajamos sino que lo dedicamos a estar con las personas que queremos: la familia, los amigos, sin olvidarnos de los enfermos y necesitados.

Las fórmulas de la Fe

51. ¿Jesús está presente hoy entre nosotros?

Jesús está presente hoy entre nosotros cuando la Iglesia ora, proclama la Palabra de Dios y celebra los Sacramentos, particularmente la Eucaristía. También está presente en todos los hombres, sobre todo entre los más pobres y entre los que sufren.

52. ¿Qué sucede cuando la Iglesia celebra los Sacramentos?

Cuando la Iglesia celebra los Sacramentos nos encontramos con Cristo resucitado y recibimos la gracia del Espíritu Santo.


53. ¿Cuáles son los siete Sacramentos?


Los siete Sacramentos son: el Bautismo, la Confirmación, la Eucaristía, la Reconciliación, la Unción de los enfermos, el Orden sacerdotal y el Matrimonio.

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