lunes, 4 de abril de 2011

Sesión 17: Jesús invita a sus amigos a seguirlo

Jesús no sólo anunció que había llegado el Reino de Dios, haciendo cosas admirables y enseñándonos a cumplir la voluntad de Dios, sino que también quiso invitar a sus amigos a seguirlo.


¿Qué significa seguir a Jesús? ¿En qué consiste esta invitación que Jesús sigue dirigiendo a todos los bautizados?
Porque es evidente que hay muchos modos de seguir a Jesús: si miras en la Iglesia verás que hay Sacerdotes, que hay catequistas, que hay matrimonios y padres de familia, que existen personas consagradas a Dios, algunas de las cuales pasan la vida sin salir de sus conventos o monasterios. ¿Todos ellos han sido invitados a seguir a Jesús?


Sí, todos los hombres han sido creados por Dios para que sean santos y cumplan los mandamientos de la ley de Dios, mandamientos que están escritos en el corazón de todos los hombres y de todas las mujeres.


Y todos los bautizados están invitados a seguir a Jesús. Existe una vocación cristiana que es igual para todos los fieles bautizados. Para un cristiano ser santo significa ser amigo de Jesús, tratarle en la oración y los Sacramentos que Él instituyó para estar presente siempre en la Iglesia. Esta amistad con Jesús les lleva necesariamente a que vivan el mandamiento nuevo que Jesús dio a sus discípulos poco antes de morir: un Mandamiento nuevo os doy, que os améis unos a otros como yo os he amado.


En definitiva, la vocación de todo cristiano es una invitación a la santidad y al apostolado.En la Iglesia no hay distintas clases de personas, de manera que algunas son más importantes que otras. Todos los cristianos están igualmente llamados a ser santos y apóstoles: en esto no hay diferencia entre los fieles. El más importante es aquel que es más santo y apostólico. Esta invitación a la santidad la tienen también los niños: "dejad que los niños vengan a mí", "de los que son como ellos es el Reino de los Cielos", dijo en repetidas ocasiones. Y cuando los apóstoles discutían sobre quién de ellos era el más importante, Jesús tomó a un niño pequeño y lo puso en medio de ellos. El que quiera ser grande tiene que estar dispuesto a hacerse pequeño. El que quiera seguir a Cristo, debe estar dispuesto a vivir como Él vivió, sirviendo a los demás. "El que quiera ser mi discípulo tome su Cruz de cada día y sígame".


Pero también puede decirse que existen diversas vocaciones en la Iglesia. Una sola vocación cristiana que se puede vivir de distintas formas como nos enseñó Jesús:


1) En primer lugar, Jesús eligió a doce Apóstoles. Así como el Pueblo de Israel constaba de doce tribus, el nuevo Pueblo de Dios está construido sobre el fundamento de los doce Apóstoles. Los edificios, en efecto, no se construyen directamente sobre el suelo, sino que hay que poner los fundamentos profundos para que luego puedan resistir los terremotos o las riadas. El Papa es el sucesor de san Pedro y los demás obispos son los sucesores de los Apóstoles.


2) En segundo lugar, Jesús eligió también a otros discípulos para que llevaran una vida como la suya, es decir, para que se dedicaran a predicar el Evangelio y ayudar a los demás. A estos les pedía que dejaran todas las cosas, las actividades que hubieran tenido anteriormente, para poderle seguir. 


3) Pero Jesús tenía también otros muchos seguidores en las diversas ciudades y aldeas. Se trataba de amigos suyos que habían transformado sus vidas, gracias al ejemplo y a la doctrina del Maestro. Ellos no le seguían por los caminos, como otros discípulos, pero sí vivían de acuerdo con sus enseñanzas y trataban a Dios y a los demás como Él les había enseñado: como tratan los hijos a un padre muy bueno y como se tratan los hermanos entre sí. Entre estos amigos son muy conocidos los tres hermanos que vivían en Betania: Lázaro, Marta y María. 


Jesús dejó muy claro que todos los seguidores habían sido elegidos por Dios: "no me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que deis fruto abundante" (Jn 15, 16). Se trataba siempre de una invitación y, como toda invitación, podía ser aceptada o rechazada. En el Evangelio se cuentan muchas historias de vocaciones fieles, como las de los Apóstoles, y otras historias de negaciones -es decir, de personas que no quisieron seguir a Jesús- y también de traiciones, como la de Judas. 


Fórmulas de la Fe


33. ¿Por qué la gente se admiraba al ver lo que hacía y decía Jesús?


La gente se admiraba porque Jesús pasó por la vida haciendo el bien con obras y palabras. Así mostraba que Dios quiere salvar a los hombres.


34. ¿Por qué Jesús hizo milagros?


Jesús hizo milagros porque quería decirnos que con Él ha llegado el Reino de Dios y que creamos y confiemos en Él. 

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