miércoles, 27 de octubre de 2010

La Iglesia y sus notas

La Iglesia es UNA, SANTA, CATÓLICA Y APOSTÓLICA. Estas son sus notas y los rasgos de la belleza de la Esposa de Cristo.

martes, 26 de octubre de 2010

Los cristianos; sesión primera de Jesús es el Señor

(Esta catequesis corresponde al primer año de la Catequesis, pero también servirá a los catequistas del segundo año para el curso 2010/11)

La primera sesión del Catecismo "Jesús es el Señor" tiene por tema LOS CRISTIANOS y, para ilustrarlo, se han escogido unos dibujos en los que aparecen unas manos realizando diversos gestos y también Jesús mientras abraza a un niño y saluda a otros pequeños sonrientes y pertenecientes a varias razas.

La catequesis de las manos puede realizarse sobre la base de los diversos significados de los principales gestos humanos en que intervienen las manos

Las manos significan las diversas alianzas humanas

Un gesto muy común en nuestra cultura consiste en estrechar las manos. No todos los apretones de manos significan lo mismo.


A continuación podemos advertir distintos apretones: éste lo realizan dos amigos, quizá en el momento en que se encuentran y se saludan de esta manera para significar que son amigos, que pueden fiarse el uno del otro.






El apretón de manos también puede significar que se ha cerrado un acuerdo o un negocio. Así lo realizan los hombres de empresa. Como se ve, estos que así se estrechan la mano derecha no son amigos sino personas que tienen un interés común. No comparten las actividades ordinarias ni tampoco el tiempo libre, sino sólo unas ocupaciones por las que suelen ganar dinero o salir beneficiados.



En cambio, en esta otra imagen vemos dos manos distintas: son las manos de un chico y de una chica que se han casado. Lo sabemos porque la mano de la chica está pintada con motivos decorativos nupciales, es decir, realizados con motivo de una boda. Aquí el apretón de mano significa la mayor unión entre personas humanas: ponen en común no sólo lo que tienen sino también lo que son. Es un gesto que significa la mutua entrega de las personas.

Cuando un hombre y una mujer se casan, la familia, la sociedad y la Iglesia -cuando los esposos son cristianos- celebran una boda, es decir, gran fiesta porque en ese momento comienza a existir una nueva familia. Los esposos, al entregarse uno al otro, se hacen una sola carne, es decir, se convierten en una familia.

Cuando el hombre y la mujer se han casado o se quieren casar, porque se quieren, caminan juntos tomados de la mano, para indicar que quieren compartirlo todo en sus vidas.


Jesús nos ha mostrado que nos quiere con un Amor más grande que el pecado y que la muerte. Nos quiere con un amor de amigo, de hermano y de esposo. "Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos", nos enseñó. Y confirmó la verdad de estas palabras muriendo por nosotros en la Cruz y resucitando al tercer día de entre los muertos. Ahora Jesús vive en la Iglesia y nos acompaña en el camino de nuestra vida. La Alianza que Jesús realizó en Jerusalén es eterna: nos ha tomado de la mano y nos acompañará hasta el Cielo, si nosotros no nos soltamos.
Las manos pueden significar el amor misericordioso, que nos salva del pecado. 


En esta imagen tan famosa en la que se representa la Creación de Adán, vemos la mano de Dios que da vida al primer hombre. Adán y Eva fueron creados por amor y para el amor. El gesto creador muestra las manos en una posición semejante, pues las dos tienen las palmas mirando hacia abajo. Sin embargo, la mano de Dios Padre está en más arriba que la de Adán, para indicar que son dos manos distintas: una es la del Creador y otra la de una criatura, que debe a Dios todo lo que es.
En cambio, en esta otra imagen, se advierte una mano poderosa y fuerte que viniendo también de arriba salva a una persona  débil y enferma. Las posiciones son ahora distintas: hay una mano salvadora y otra salvada. Como cuando uno está en un foso profundo y sólo puede salir de él si alguien con fuerza le saca tendiéndole la mano.

La mano de Dios es una mano liberadora. Sólo si alzamos a Él las manos mostrándole las cadenas que nos aprisionan podremos salvarnos. El pecado nos esclaviza. Hacemos las cosas mal y cada vez vamos perdiendo más la libertad.

Como los pecados sólo los puede perdonar Dios, sólo Él puede salvarnos y liberarnos de sus ataduras. A veces, otras personas están interesadas en que nosotros no seamos libres y dejemos de portarnos como hijos de Dios. Si queremos ser amigos de Jesús deberemos de evitar las malas compañías, que nos llevan a portarnos mal.





Las manos de Dios son unas manos que nos perdonan -es decir, nos curan el alma-; nos sanan también las enfermedades del cuerpo; nos levantan de nuestras caídas; hacen que recuperemos la vista y veamos de nuevo la luz.

Las manos de Jesús son siempre manos que nos bendicen, es decir, que nos comunican el amor que Dios Padre tiene por sus hijos.

El amor de Dios es infinito, se extiende a todas sus criaturas y misericordioso, pues está siempre dispuesto a perdonar a los pecadores.




Esta imagen que ves a la izquierda de estas líneas nos muestra a Jesús que bendice a toda la Humanidad con su mano derecha, mientras que con la izquierda nos señala su Sagrado Corazón, del que salen dos rayos luminosos: uno blanco y otro rojo, que representan la sangre y el agua que brotaron de Él el día que lo atravesaron con la lanza mientras estaba en la Cruz. Esta imagen la hizo pintar santa María Faustina Kowalska, monja polaca que tuvo esta visión de Jesús. Jesús le prometió que tendría misericordia de todos cuantos mirasen esta imagen y dijesen con devoción estas palabras: "Jesús, en ti confío".





Las manos de los hijos de Dios


Es tan grande el Amor con que nos ha amado Jesús, que nos puede pedir que también nosotros nos amemos los unos a los otros como Él nos ha amado. Los cristianos nos reconocemos hijos de Dios. Por tanto, tenemos que comportarnos como hijos de Dios. Nuestras manos deben de ser siempre reflejo de esta nueva realidad en la que Cristo nos ha convertido.

Los hijos de Dios elevamos nuestras manos al cielo para dar gracias a Dios y alabarle por todas sus obras maravillosas: que ha creado el mundo y a nosotros para que lo cuidemos; que ha querido hacerse hombre y entregar su vida para el perdón de nuestros pecados.

Jesús nos enseñó a rezar el Padre Nuestro, que es la oración de los hijos de Dios en la que se encuentran las principales peticiones que debemos cultivar en nuestro corazón y dirigir al Cielo. Sin embargo, el mismo Jesús nos enseñó a pedir con total confianza y humildad lo que queramos. Es lícito pedir todo lo que es lícito desear. Si pedimos a Dios con constancia (perseverancia) y humildad, él siempre escucha nuestras oraciones. Este gesto de unir las manos para rezar significa la intensidad y fuerza de la petición así como el hecho de esperarlo todo de la misericordia de Dios.

Además de las manos juntas, también el presentar nuestras manos vacías puede significar tanto nuestra total necesidad de la ayuda de Dios, es decir, de su gracia y por lo tanto es una manera magnífica de pedir que nos las llene. "Señor, colma nuestros deseos", parecemos decirle al levantar nuestras manos al cielo con las palmas hacia arriba. En otras ocasiones, en cambio, ese mismo gesto puede significar más bien la entrega de nuestro corazón, es decir, de nuestra voluntad de servirle en el mundo entero.

En este caso, por ejemplo, las manos vacías pueden significar sencillamente la entrega de todo lo que tenemos y somos. El sacerdote en la Santa Misa presenta a Dios el pan y el vino y los ofrece en el nombre y en la Persona de Cristo como sacrificio agradable a Dios todopoderoso.

Y poco después dice también: "Orad, hermanos, para que este sacrificio mío y vuestro sea agradable a Dios Padre todopoderoso".


En este sacrificio en que le ofrecemos a Dios el mundo y nosotros mismos nos unimos a todos los hombres de todos los tiempos, de todas las razas y colores, esperando que Dios lo acoja y lo acepte.

Las manos del cristiano están abiertas a todos, siempre dispuestas a ayudar a los que están necesitados. San Pablo nos enseñó:

"Todas las cosas son vuestras, vosotros de Cristo y Cristo de Dios".

Sesión 24 de Jesús es el Señor. El Espíritu Santo da vida a la Iglesia

Esta catequesis corresponde a la sesión 24 del Catecismo Jesús es el Señor, que será impartida por los catequistas a los alumnos de 3º EP en el curso 2010/11.

La Iglesia no se puede definir. Para hablar de ella, la Biblia emplea imágenes o símbolos, que nos dan idea de esta realidad que no podemos llegar a comprender del todo. Todas las imágenes son imperfectas, pero juntas nos dan una idea bastante acabada del misterio de la Iglesia:

La Iglesia es el Cuerpo Místico de Cristo: así como en la persona hay un cuerpo que tiene muchos miembros, así Cristo es la Cabeza de ese Cuerpo que es la Iglesia. Si crees en Cristo, significa que también crees en la Iglesia, porque si no sería como quedarse sólo con una cabeza sin cuerpo. Este cuerpo que es un cuerpo vivo tiene también un alma: es el Espíritu Santo.

La Iglesia es la Viña del Señor. ¿Has estado alguna vez en una pérgola bajo una una parra, disfrutando de su sombra y gozando de sus frutos? La Iglesia es como una viña en la que el Señor se goza y disfruta.

La Iglesia es la familia de los Hijos de Dios. Jesucristo se ha hecho hombre para que nosotros nos hagamos Hijos de Dios. Muriendo en la Cruz, ha perdonado nuestros pecados y ha instituido los sacramentos por los que nos hacemos y vivimos como hijos de Dios.

La Iglesia es la Esposa de Cristo. Así como Eva salió del costado de Adán y fue formada con su costilla, mientras éste dormía plácidamente, así también la Iglesia -como nueva Eva- salió del costado abierto de Cristo, cuando éste moría dando su vida por nosotros. Un esposo y una esposa comienzan a vivir juntos toda la vida a partir de la boda. Jesús vive en la Iglesia mediante los Sacramentos y por el Espíritu Santo.

La Iglesia es también el Pueblo de Dios, que peregrina en esta Tierra hacia el Cielo, que es la Tierra Prometida por Dios a los que creen en Jesucristo.
Jesucristo es judío, es decir, pertenece al pueblo de Israel. Israel fue el Pueblo de Dios durante unos siglos -en cierto sentido lo sigue siendo, puesto que los dones de Dios son eternos- pues de entre todas las tribus y naciones de la Tierra, Dios escogió a Abraham y a sus descendientes para que ellos fueran SU PUEBLO y Él fuera SU DIOS. Entre Israel y Dios hubo una Alianza de amor, que Él estrechó con su pueblo en el Sinaí, una montaña de aquel desierto por el que el pueblo de Israel estuvo durante cuarenta años. El desierto fue elegido por Dios para que Israel se convirtiese realmente en el Pueblo de Dios, para entregarle las Tablas de la Ley con los diez Mandamientos. Los cuarenta años que pasaron en el diesierto fueron para Israel algo así como el viaje de novios para unos recién casados. Se trata de una experiencia de Amor en el que los esposos, Dios y su Pueblo, vivían el uno para el otro.

Este periodo de la Historia de Israel fue muy importante. Dios los liberó de la esclavitud del Faraón haciéndoles pasar por medio del mar rojo de manera prodigiosa; les alimentó todos los días con el maná que hacía bajar del Cielo, les dio a beber del agua que manó de la roca; estuvo presente en medio de su pueblo en medio de una nube que permanentemente les acompañó durante todas las etapas.

Dios quiso que Moisés construyera una Tienda que recibió el nombre de MORADA porque en ella Dios estaba siempre en medio de su pueblo: en forma de nube durante el día; en columna de fuego durante la noche. Ningún otro pueblo tenía a Dios tan cerca y tan próximo.

Sin embargo, todas las cosas que sucedieron al Pueblo de Israel lo fueron en previsión y en figura de Cristo y su Iglesia: los cristianos somos el nuevo Pueblo de Dios que hemos sido liberados del pecado (Egipto) y renacido en Cristo por medio del Bautismo (Mar Rojo) alimentados por el pan de la Eucaristía (maná) y que tenemos siempre en nuestros corazones del Espíritu Santo, puesto que ahora somos nosotros el Templo o Morada de Dios (nube).

lunes, 25 de octubre de 2010

SÍNTESIS FINAL DE LA PRIMERA SESIÓN Y ORACIÓN

Esta es una catequesis pensada principalmente para los padres y madres de familia de los alumnos de 1º y de 2º EP y que se corresponde con la primera sesión del Catecismo Jesús es el Señor: Los cristianos.

Si lo desean pueden encontrar ideas en estos enlaces: Primera sesión de Jesús es el Señor, que ha sido impartida por los catequistas.

LA SÍNTESIS FINAL DE LA PRIMERA SESIÓN


LOS CRISTIANOS NOS AMAMOS LOS UNOS A LOS OTROS COMO JESÚS NOS HA AMADO


¿Cómo nos ha amado el Señor?

  • Ha dado su vida por nosotros
  • Siempre nos perdona
  • Siempre nos tiende la mano para que nos levantemos
  • Su mano es afectuosa y nos cura las heridas
  • Su mano nos consuela
  • Su mano nos ayuda a caminar
LA ORACIÓN AL ÁNGEL DE LA GUARDA

Ángel de la guarda, dulce compañía, 
no me desampares ni de noche ni de día, 
no me dejes solo que me perdería.


Si quieres hablar a tu hijo un poco más sobre el ángel de la guarda, clica aquí.

SÍNTESIS DE LA SESIÓN 24º Y ORACIÓN

En la tercera semana de octubre los padres de 3º EP enseñarán a sus hijos el acto de contrición:

El Catecismo Jesús es el Señor propone el acto de contrición que rezamos durante la Misa:

"Yo confieso, ante Dios todopoderoso
y ante vosotros hermanos, que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa,
por eso ruego a Santa María, siempre Virgen, 
a los Ángeles, a los Santos y a vosotros, hermanos, 
que intercedáis por mí ante Dios nuestro Señor".

También podéis enseñar otro acto de dolor de los pecados clásico: 

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío. Por ser Tú quien eres, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las cosas, e pesa de todo corazón haberte ofendido. También me pesa que puedas castigarme de las penas del infierno. Ayudado de tu divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta.

La síntesis final de la sesión 24 de Jesús es el Señor:

Creo en la Iglesia que es una, santa, católica y apostólica.  

Sugerencias para explicar el valor de los actos de contrición y su diferencia con los actos de atrición:

1. Los actos de contrición.
2. Los actos de atrición
3. Estar en gracia de Dios